25 de mayo de 2013

168 | ¡Con billete de Vuelta!

El jueves pasado me levanté pronto por la mañana, eran las 6.50h. Ha pasado casi un mes desde que volví de Dubai, así que tocaba ir a renovar el visado otra vez. Lo mejor al ir a hacer 'gestiones oficiales' estés en el país que estés es ir lo más pronto posible, porque no sé como se lo montan los funcionarios para hacerte perder toda la mañana.

Y no me faltaba razón... primero fuimos al aeropuerto de Muscat, donde me renovaron el visado el primer mes. Al ser pronto no había nadie en la cola, lo cual marcó una sonrisa en mi cara hasta que el funcionario me dijo que él sólo podía renovar el visado si he entrado al país por aire y no por tierra, como había hecho al volver de los Emiratos Árabes. Para ello tendría que ir a otro edificio oficial, que no estaba precisamente cerca.

Llegamos a este otro edificio y en éste nada más entrar tuve que coger número y todo, porque estaba lleno de personas vestidas de blanco haciendo gestiones. Es muy curioso ver como todos los Omanís van siempre con el vestido oficial, llevándolo con orgullo. Es como si en Cataluña todo el mundo llevase la barretina o en Andalucía los habitantes fueran vestidos como en la feria de Abril todo el año. Muy gracioso. Después de esperar un buen rato con el papelito A049 en la mano llegó mi turno. El amable funcionario me entregó un papel para rellenar. Tenía que firmarlo y escribir que quería renovar el visado para visitar mejor el país y mentiras por el estilo. Luego cogió mi pasaporte para comprobarlo todo en el ordenador y... sorpresa... el visado anterior no aparecía en su base de datos.

Así que vete a ver al jefazo, vestido de uniforme oficial y que te lo arregle. El jefazo parece buen tipo, nos lleva a su oficina privada del piso de arriba, mientras me hace algunas preguntas y comprueba mi pasaporte. Me pide el recibo del pago del visado anterior y le explico que no tengo ni idea de dónde lo he metido, que quizá está en casa pero que creo que lo he tirado a la basura. Supongo que lo querría para echarle la bronca al otro oficial que lo expidió en la frontera, pues éste otro no había puesto los datos de forma correcta en el ordenador ni había escrito el número de visado en mi pasaporte. Para ponerle la guinda, su letra era tan mala que nadie sabía que número de fecha de expiración había puesto, parecía un 23 pero en realidad era un 25.

Total, que el jefazo me arregla las cosas bastante rápido, pagamos 20 Rial para extender el visado un mes más y ya me puedo ir contento a casa. Y por el camino de paso paramos en la oficina de Emirates, la famosa aerolínea, para comprar mi billete de vuelta a España por 195 Rial (390 euros). Si no lo comprase, tendría que volver a cruzar la frontera otra vez dentro de un mes y todo el rollo, que no me apetece demasiado repetir.

Domingo 23 de Junio de 2013. Esa es la fecha que vuelvo a Barcelona... en principio sólo para pasar el verano y luego en Septiembre volver a irme. La verdad es que después de tantos meses -que me han parecido años- me hace muchísima ilusión volver, más que nada para ver a la familia y amigos, que es lo que importa. Las sensaciones sobre lo que he hecho son impresionantes, pero aún no quiero hacer una valoración general, no al menos hasta que vuelva.

¡Ahora me quedan 30 días para seguir disfrutando por aquí!


Emirates ticket


PD. El jueves coincidió también con que acabé de escribir mi primer libro, 'Cómo vivir bien con 300€ al mes'. Lo comenté con las personas suscritas a la lista de correo (si aún no lo estás, ¿a qué esperas?) y ahora toca acabar detalles del diseño y la portada antes de ponerme a aprender la mejor forma de venderlo, tanto por el blog como a través de Amazon. Va a ser un proceso interesante.

19 de mayo de 2013

167 | La Mujer Árabe

Si... porque cuando dices que estás en Oriente Medio la gente normalmente se imagina un lugar tipo Afganistán, paisajes desérticos donde continuamente hace calor, donde solo se habla árabe, todo el mundo lleva turbante y las mujeres van tapadas de manera que no se les ve nada más que el color de sus ojos.

Nada más lejos de la realidad. En Oriente Medio hay muchos países y cada país es diferente. Sólo he tenido la oportunidad de pisar Omán y los Emiratos Árabes Unidos, pero eso ya me ha dado una idea de cómo se vive por aquí.

¿Y cómo se vive? Pues en términos generales casi igual que en Barcelona. Las personas van al trabajo y los niños al colegio. Después del trabajo van a sus casas, a tomar algo o a dar un paseo y los fines de semana todo el mundo sale a disfrutar de su tiempo libre, al cine, a la playa o lo que sea. 

El nivel de vida es casi el mismo que en España. Recuerdo que cuando estuve buscando trabajo los primeros días nada más llegar, nos plantamos en la universidad de Muscat. Eran los 'career day', es decir, una semana en la que muchas empresas ponen sus stands dentro de la universidad para reclutar frescos e incautos recién licenciados. Mientras caminaba entre la multitud de estudiantes tuve un flashback, había vivido algo igual, exactamente igual, dos años atrás en mi propia universidad. Las únicas diferencias era que la mayoría de compañías aquí se dedicaban al sector del petróleo y que los alumnos iban vestidos con la disdasha, el vestido blanco oficial de Omán, mientras que las alumnas iban vestidas de negro con un hiyab que les tapaba el pelo.

Y hablando de hiyabs, no todas las mujeres lo llevan, cada una viste como quiere. Nadie les obliga a vestir de una determinada manera, ni la religión ni la familia ni el gobierno. Hay mujeres que van tapadas hasta los ojos tanto como otras enseñando medio cuerpo.

Para los jóvenes, el alcohol y las discotecas no es algo que falte los fines de semana. La diferencia radica en que es mucho más complicado que en España el conseguir ese líquido, pues no lo venden en cualquier parte. Para ello tienes que ir a un lugar especial, una pequeña tienda sin escaparate, que a primera vista parece una puerta normal y corriente, medio escondida y ubicada estratégicamente en un lugar poco frecuentado. En fin, que parece que vayas a hacer contrabando más que otra cosa. Ah, y no dejan entrar en las discotecas a chicas que lleven el pelo tapado.

Algo bonito que tiene Omán es la mezcla de culturas, igual que en Malasia o Tailandia, algo que en España no tenemos más que en Marbella o en las Islas Baleares, llenas de alemanes. Aquí hay miles y miles de expatriados -así llaman a los inmigrantes- de India, Bangladesh, Paquistán... que incluso tienen sus propios barrios.

Por supuesto no voy a echar siempre flores encima de todos los lugares en los que he estado. Si puedo comentar algo que no me gusta de aquí, es que las muestras públicas de afecto no están bien vistas. No verás nunca en la calle a una pareja abrazados o dándose un beso. Cada uno tiene su propia opinión al respecto y puedo oír miles de argumentos bien fundamentados a favor o en contra, pero para mí todo lo que corte la espontaneidad y libertad de las personas no es algo bueno precisamente.

En conclusión, lo de siempre y en todas partes: personas viviendo.

Muscat mezquita
(inside the big masjid)

puesta de sol Muscat
(two-three times a week we come to this beach)

El zoco Muscat
(The souq)

Playa Muscat
(private beach)

12 de mayo de 2013

166 | Quiero Aprender

Después de mi paso por la universidad tenía una misión importante: desaprender todo lo que había aprendido allí para descubrir qué es lo que de verdad me apasionaba profesionalmente en mi vida. 

Para ello, entre otras cosas, tuve que empezar este viaje y pasar varios meses disfrutando sin hacer absolutamente nada y, por fin un día, darme cuenta de que quería empezar un negocio por Internet. Una cosa que por otra parte había tenido siempre delante de las narices, pues es algo que me ha fascinado desde pequeño. 

El inconveniente -o ventaja- es que a mis 24 años tengo que empezar prácticamente desde cero

Sí, es verdad que tengo un blog y también he trabajado bastante tiempo de forma online y gracias a ello he aprendido algunas cosas interesantes, pero eso es una minucia comparado con lo que tengo por delante. Así que me puse inmediatamente manos a la obra. La idea era descubrir qué me faltaba por aprender y así tenerlo todo mucho más claro y estructurado para poder empezar.

Nótese que no tengo aún ningún proyecto en mente, ninguna una idea de negocio ni nada que se le parezca. Simplemente tengo claro qué es lo que quiero:

  • Quiero la libertad y motivación que supone el que mis ingresos provengan de proyectos que yo mismo elija y por los que me sienta apasionado. 
  • Quiero la libertad de gestionar mi propio tiempo como a mí me de la gana, pues nadie conoce mejor que yo los horarios en los que estoy más concentrado durante el día. Además eso permite compaginar lo personal con lo profesional y, por ende, ser más feliz, lo cual repercute en la tarea realizada. Contrariamente a lo que muchos creen, de esta manera se trabajan incluso más horas que con un trabajo regular. Y todas ellas de mejor calidad. 
  • Quiero aprender y disfrutar cada día. Es quizá el punto más importante y las dos van de la mano, pues disfruto como un niño cuando aprendo y Internet me permite aprender sobre casi cualquier tema. Eso sí, igual que en el otro punto, aprender por mi cuenta lo que yo quiero y decido. Nadie conoce mejor que yo lo que tengo o no tengo que aprender y no necesito ninguna validación externa para ello.      

Así que, sabiendo qué es lo que quiero, ya estoy focalizado y puedo avanzar. Empiezo aprendiendo y poco a poco seguro que ya saldrán los proyectos. Ahora bien, ¿Qué es lo que necesito ir aprendiendo y por qué?
  1. Aprender a programar. Me permite no depender de terceros a la hora de empezar un proyecto tecnológico, además de crear gestionar por completo mis propias páginas web. Más importante aún: “Todos deberíamos aprender a programar porque eso nos enseña a pensar”, por Steve Jobs. Con eso queda todo dicho, pues no sólo nos ayudará a entender cómo funcionan las cosas, sino que nos ayudará a ver el mundo de una forma diferente, de una forma más completa. Aprender los lenguajes Python, Django, HTML, CSS y Java, por este orden. Sí, tranquilo, a mí también me sonaban a Chino hasta hace poco. 
  2. Aprender Wordpress. Por si esta palabra también te suena a idioma extranjero de zona asiática, es bueno saber que la mayoría de blogs están montados sobre las plataformas Blogger o Wordpress. El mío ahora está alojado en el primero, que es el más sencillo además de gratuito. El segundo, sin embargo ofrece muchísimas más posibilidades en todos los ámbitos y me encantaría aprenderlo a fondo. No hablo ya de lo esencial de tener un blog, con él puedes aprender a escribir correctamente, poner tus ideas en orden, crear nuevas relaciones y desarrollar tu marca personal entre otras cosas.
  3. Aprender sobre ingresos pasivos en Internet. Ya que estamos hablando de obtener nuestros ingresos a través de este medio, es bueno saber que también pueden ser "pasivos", es decir, que nos den beneficios a lo largo del tiempo sin tener que dedicarles más horas de las que son necesarias en un principio para tenerlo listo. "You should put something to sell in Internet yesterday" dice Patt Flynn, y no creo que ande muy equivocado.
  4. Aprender sobre SEO y marketing online. SEO viene a ser la optimización de motores de búsqueda, es decir, conseguir que tu página web aparezca en los primeros puestos de Google y conseguir de esta manera que más personas la visiten, más tráfico. Dentro de este punto entrarían también por ejemplo las redes sociales, el e.mail marketing, la viralidad, las analíticas web...  
  5. Aprender inglés en un nivel alto. Esto no va por mí, pero lo añado por si se le pasaba por alto a quien esté leyendo. Totalmente imprescindible para poder acceder a todo el conocimiento que hay en Internet en ese idioma, que es muchísimo más que en castellano y casi siempre de mayor calidad. 

Puede parecer a primera vista que son puntos técnicos, perfectos para alguien que quiera dedicarse al mundo online y que no van contigo. Pero si hay algo me ha sorprendido al hacer esta búsqueda es descubrir que son universalmente válidos, pues en pocos años absolutamente todos los trabajos tendrán un componente virtual y la persona que no se adapte puede verse de repente un día en la calle, sin saber porqué no consigue de ninguna manera un trabajo igual que el que tenía antes. Un panorama que tristemente cada vez es más común en nuestro país. 

Todo está cambiando muy rápido. Y cada vez más. Te dediques a lo que te dediques tarde o temprano tu trabajo también va a cambiar. La buena noticia es que todo lo relacionado con el mundo online se puede aprender de forma online y, si estás leyendo estas líneas, significa que tienes un ordenador con conexión a Internet. Otra buena noticia es que aprender hoy en día no es aburrido como cuando ibas a la escuela, ahora es mucho más divertido.
Perfecto entonces, ¿cómo puedo aprender?

  1. Programación. Codecademy es la plataforma que mejor pinta tiene, además está en tu idioma. También existen CodeSchool o Code.org. Para niños lo mejor es Rebeca a través del espejo.
  2. Wordpress. Primero aprende la diferencia entre Wodpress.org y .com, luego escoge una de las dos, abre tu propio blog de forma gratuita y empieza a familiarizarte y toquetear todo. Luego ya puedes pasar a la teoría en Learn Wordpress, Support Wordpress o Ciudadano 2.0.
  3. Ingresos pasivos. Existen cientos y cientos de páginas webs sobre esta temática, la estrella y única que recomiendo sin duda es SmartPassiveIncome de Patt Flynn. Completísima.
  4. SEO/marketing online. Una buena manera de empezar es leyendo la guía para principiantes de Google y luego buscar libros en formato PDF o leer en internet sobre la materia, para acabar aplicando en tu blog/web todo lo que vayas aprendiendo.
  5. Inglés. Nunca me cansaré de decir que lo más importante es practicarlo. Esta apuntado a una academia no sirve de nada, sal de allí inmediatamente y empieza a hablarlo, registrándote en Busuu. Lee libros en inglés aunque no te apetezca y mira las películas o series en ese idioma, con subtítulos también en inglés, aunque no te enteres de nada. Poco a poco irá saliendo.
Ahora, la mayoría de personas que lean esto estarán demasiado ocupadas con todo lo que tienen en sus vidas como para intentar aprender siquiera uno de los puntos, pero si aún estás en la universidad o acabas de salir piénsatelo bien, pues la cosa cambia. Si tienes hijos ya ni te digo, ellos van a vivir de lleno en la era de Internet, así que ponles a aprender el primer y último puntos, que son los más importantes. Hagan lo que hagan en un futuro, los van a necesitar y si no tienen ni idea van a estar en clara desventaja. 

Ten en cuenta que he dicho aprender, no estudiar. Aprender de forma divertida, como si fuera un juego. Porque un juego es lo que acaba siendo la vida.

Y tu, ¿qué estás aprendiendo?

Muscat Beach
(Costa Cofee in Muscat beach)

PD. Si te ha parecido interesante la entrada, ¡compártela en tus redes sociales! Y si te gusta leer, te interesará esta otra entrada invitada que escribí la semana pasada en El universo de los libros: "Un viaje a través del tiempo y de la lectura.

6 de mayo de 2013

165 | Los Centros Comerciales de Dubai

Como comenté en la entrada anterior, uno de los atractivos turísticos de la ciudad de Dubai son sus centros comerciales, en los que puedes encontrar absolutamente de todo. Acuarios, cascadas, campos de hockey sobre hielo, tiendas de todo tipo y condición... ¡e incluso pistas de esquí!

Es por cosas como ésta, además de los cientos de rascacielos, por las cuales bauticé a la ciudad anteriormente como 'El derroche de Oriente Medio'. Estos centros comerciales son una maravilla si quieres encontrar tiendas con cosas que ni siquiera sabías que existían y que te parecen alucinantes, escaparates que te dejan con la boca abierta o los mejores restaurantes, en uno de los cuales comí la mejor pizza que haya probado nunca. 

Hay algunas de esas tiendas que son auténticas obras de arte en sí mismas y es una pena que, con las prisas, no me parase a hacer más fotos. Allí se cumple a la perfección la famosa frase de Steve Jobs, "La gente no sabe lo que quiere hasta que se lo muestras." Y es que puedes acabar comprando cualquier cosa.

Hace dos meses estaba paseándome descalzo, en bañador y con las manos llenas de tierra entre los árboles de Tacomepai, trabajando con madera para construir cabañas sostenibles y ahora me paseo con camisa y zapatos por uno de los centros comerciales más lujosos del mundo. Es curioso como puede cambiar tanto el panorama de una experiencia a otra en un viaje así. La adaptación, la versatilidad de tu visión, puede hacer que te sientas cómodo en cualquier parte. Te puedes decantar por unas u otras experiencias sí alguna vez te preguntan qué prefieres, pero eso no quita que te des permiso para disfrutarlas todas. 

Un derroche, sí. Un derroche entretenido donde pasé bastantes horas divirtiéndome y asombrándome.

PD. Ya llevo escrito un poco más de la mitad del libro "Cómo vivir bien con 300€ al mes". Si quieres recibir las novedades del mismo y un código de descuento para adquirirlo, puedes hacerlo suscribiéndote aquí. Si no te decepciona el blog, tampoco lo hará este primer libro, te lo aseguro.

cascada Dubai
(Waterfall)

Ice Rink Dubai
(ice rink)

Aquarium Dubai Mall
(Aquarium with a diver inside)

Dubai Aquarium
(...)

Snow Dubai
(People looking at the snow)

Snow Mall Dubai
(Ski slope)

Mall Dubai
(There's a mini-car service to go around the mall)

Bookstore Dubai
(my favourite place)

Dubai City
(Bye Dubai!)

1 de mayo de 2013

164 | Dubai, el derroche de Oriente Medio

El tema de los visados en cada país es diferente. Diferente y absurdo

¿Por qué una persona nacida en norteamérica o Europa tiene más derechos y facilidades que una persona nacida en África? ¿Es que nacer en un país diferente te hace mejor o peor persona? ¿No hemos nacido todos en el planeta tierra? ¿Entonces quién decide por ti si es bueno que estés en un lugar u otro de este planeta o cuánto tiempo puedes quedarte? Todo forma parte del control gubernamental al que estamos sometidos en este último siglo. Auguro la supresión de todas las fronteras en un futuro no muy lejano, a medida que las personas se vayan haciendo más conscientes de la absurdidad de sus propios actos.

El caso es que, siendo ciudadano nacido en esta parte del globo terráqueo que muchos se pusieron de acuerdo para ponerle el nombre de España, tengo un visado en el país de Omán que me permite estar sólo un mes, prorrogable a dos si hago una visita al funcionario vestido de blanco del aeropuerto de Muscat al finalizar los primeros 30 días. Eso sí, pagando cada mes 20 rial, unos 40 euros al cambio.

Y cuando se acaban estos dos meses... me dan varias opciones: irme del país o irme del país. Yo elijo irme del país. Así que podemos coger el coche, cruzar la frontera y volver al día siguiente, decirle hola al funcionario con cara de pocos amigos y volver a entregarle un precioso y azul billete de 20 para que me ponga un sello en mi pasaporte que diga que puedo estar otros treinta días en su bonito país.

Todo tiene su lado bueno. Una de las ventajas de tener que renovar el visado es que, de paso, podía ir a visitar la famosa ciudad de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, país vecino.

Por aquí llaman a la ciudad de Dubai, "The New York of the Middle East", es decir, la Nueva York de Oriente Medio. Yo he preferido cambiarle el nombre. La autopista que lleva a la ciudad está rodeada de dunas. Estoy convencido de que si no pasaran coches, el asfalto quedaría cubierto en pocos días con una capa de arena fina de color anaranjado y nadie sabría que allí hubo una vez una carretera.

A medida que vamos acercándonos empiezo a visualizar la silueta de varios rascacielos en el horizonte, que contrastan con el desértico paisaje de su alrededor. Es alucinante. Uno de ellos destaca sobre los demás por su forma y su altura, cerca de tres veces más alto que cualquier otra construcción de la ciudad. Como todos los edificios famosos, es un edificio con nombre, Burj-Khalifa

Tendría el honor de conocer a Burj más tarde, cuando me dijo orgulloso que es el edificio más alto del mundo, con 160 plantas y 828 metros. La verdad es que es impresionante, tanto que no había manera de hacerle una foto de cuerpo entero que quedase decente, aunque por otra parte tengo que reconocer que me gustaron mucho más las torres Petronas de Kuala Lumpur. 

Poco a poco nos vamos acercando y puedo distinguir decenas y decenas de rascacielos. Lo más curioso es que todos son diferentes y tienen los colores y las formas más estrambóticas posibles. Hay uno triangular, otro que gira sobre sí mismo, otro con un agujero enmedio, otros que son gemelos, otro que parece que tenga tumores de color dorado... Y tampoco están todos juntos, como en Nueva York, sino mucho más dispersos en el terreno.  

Ya perdiéndonos por las calles y empapándonos de la ciudad, lo más destacable aparte de la arquitectura es la gran diversidad de personas y culturas, los geniales restaurantes, los coches que conducen los businessman y los impresionantes centros comerciales, de los que hablaré en una próxima entrada.

Llevando la contraria a mi manera de viajar slow-travelling, que es viviendo varios meses en cada país que visito, estuvimos unos pocos días en la ciudad. Los suficientes para saber que no es un lugar en el que me gustaría vivir a la vez que un lugar imprescindible para visitar alguna vez en la vida.

Recuerdo estar por la noche sentado en una roca gigante que, junto a otras siete millones de toneladas de roca, sirve de rompeolas para proteger las residencias y hoteles de la llamada Palm Jumeirah. Ésta forma parte de las Palm Islands, que son extensiones de tierra ganada al mar con forma de palmera, construidas cuando aún nadie sabia lo que era la crisis.

Había saltado entre varias rocas para conseguir llegar allí y en ese momento estaba solo. Solo enfrente del inmenso y negro mar, sintiendo en la cara pequeñas gotas de agua provenientes de las olas que morían rugiendo con fuerza a escasos metros, como si quisieran destruir todo aquello que la mano del hombre había creado, reclamando la extensión de océano que les pertenecía por derecho y de manera natural. Era una visión impresionante.

En ese momento me acordé de cuando, varios meses atrás, estaba observando con curiosidad una escultura de un edificio de Dubai en mi ciudad, Barcelona. En ese momento pensé: "Me gustaría ver esto en persona". Ahora estaba allí, sin saber ni siquiera cómo, sin haberlo tenido nunca en mis planes.

Es lo bonito de un viaje sin destino.

Palm Jumeirah
(Palm Jumeirah, the "A" is where i was)

Burj Khalifa
(Burj-Khalifa...)

Burj Khalifa
(...the tallest building in the world...)

Burj Khalifa
(...with 828 meters)

Burj Khalifa Dubai
(nice!)

(little skyscrapers)

(Atlantis, one of the most incredible 5 star hotels)

(lost in the streets)

(old style buildings near the biggest ones)

Rascacielos Dubai
(like NY)

Media City Dubai
(media city, a nice place to eat, near the lakes)
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