Cuando te vas de viaje en plan mochilero todas las personas que vas conociendo por el camino te preguntan qué planes tienes. Mi primera respuesta es que no tengo ninguno. Luego, si seguimos hablando del tema y profundizando ya les explico que acabé la carrera, trabajé un año y medio y ahora he venido a la otra parte del mundo a vivir, conocer personas y conocerme mejor a mí mismo.
Después en los ratos libres lo he reflexionado aún más y, como me gusta poner todo por escrito para poder leerlo más adelante, lo puedo compartir con quienquiera que esté leyendo ahora mismo:
"Para
recorrer este precioso planeta en el que he nacido, que se nos ha dado a la
humanidad y del que formamos parte y ver así tanto sus maravillas naturales como las maravillas creadas por el hombre. Para conocer personas iguales que yo, en mi mismo nivel de
pensamiento y con los mismos ideales, de los que aprender y a los que enseñar,
verdaderos amigos con los que compartir este viaje y esta pasión por la vida y que acaben
siendo especiales para mí. Para conocer personas distintas y así darme cuenta de las diferencias y las igualdades culturales, de pensamiento y de percepción que hay alrededor del globo entre los seres humanos que lo habitamos. Para poder compartir esta experiencia por Internet con todas las personas que quieran leerlo; que sepan que uno
puede hacer lo que de verdad quiere en la vida y ser feliz solo con
proponérselo y pasar a la acción, además de entretenerse leyéndolo. Para luego quizás escribir un libro. Para poder
explicar la experiencia directamente a las personas que quiero al volver a mi país de origen. Para aumentar mi
conciencia, comprensión sobre la vida y conocimiento sobre mí mismo, así
como mi amor hacia los demás y hacia el Universo/Dios. Para vivir una vida que valga la pena."
En otro orden, aquí no hay manera de aburrirse, si no pasa una cosa pasa otra. Estos últimos días he tenido la oportunidad de vivir desde dentro la "Fiesta del cordero" musulmana. Dura cuatro días y, para haceros una idea, es parecido a las navidades de aquí. Se me hizo raro colgar las lucecitas típicas tan pronto. Lo más impactante fue presenciar en directo cómo sacrificaban a tres vacas delante mío cortándoles el cuello y ver como agonizaban y morían. Una pena, pero así es, comemos animales cada día... después hicieron una sopa con ellas y la verdad que nunca he probado una carne igual de buena.
Al día siguiente pudimos adentrarnos un poco en la selva y visitar un poblado indígena. No, no van con taparrabos y viven en casas de bambú. Antes quizá era así, no estoy seguro, lo que si sé es que ahora el gobierno y las corporaciones lo han invadido todo. Se ve por todas partes maquinaria pesada -trabajando incluso en Domingo- y camiones talando árboles, modificando el terreno y cargándose todo lo que hay a su paso para construir naves industriales. Igualito que en los documentales. Y esto sí que es una verdadera pena. Hasta que no haya un cambio de conciencia global creo que no se va a detener esta inconsciente destrucción del planeta en el que vivimos. Hice las fotos con otra cámara, en cuanto me las pasen por mail las cuelgo.
Ayer me despedí de Susi, Aisyah, Amira y Ammar, la familia con la que he compartido esta semana. Cuando llegué a su casa no podía imaginar una experiencia tan enriquecedora, he hecho/visto/aprendido tantas cosas que mi noción del tiempo está completamente distorsionada. Solo puedo darles las gracias por todo. Volví a KL City, último día en la ciudad. Me dediqué a dar vueltas por nuevos lugares y hacer una de las cosas que más respeto me dan, que es conocer gente por la calle. Tal cual. Cuando uno está solo está casi obligado a ello y al no ser algo que hago normalmente en Barcelona -cuando era más joven solía y no me fue nada mal, jajaja- uno tiene cierto cosquilleo antes de decir algo a alguien desconocido ¿Se pensará que soy un pesado? ¿Qué le digo? ¿Y si no tiene ganas de hablar?. Luego todo siempre sale bien y después de la impresión inicial te pones a charlar, contaros vuestras vidas e incluso hacerte fotos juntos. Es genial, cuanto más lo pones en práctica menos miedo te da la siguiente vez.
Hoy he estado todo el día en buses. Desde Kuala Lumpur hasta Penang y de allí al centro de Georgetown, donde me ha recogido Rick, una persona genial que he conocido también a través de Couchsurfing. Hemos ido a cenar y ahora estoy escribiendo este post desde una habitación de su bonita casa. Veremos que hacer estos días, de momento mañana por la mañana al consulado de Tailandia para que me den más días de VISA en el pasaporte, que si no sólo tengo 15 y con eso no me da ni para empezar este gran país vecino.