Billete de ida... pero no de vuelta.
Es el que he cogido para volar el próximo día 15 de Octubre con destino Kuala Lumpur, Malasia.
No me voy de vacaciones, ni por tema de trabajo... me voy a vivir. Todo en mi vida se ha recolocado para que dé este paso: he terminado las últimas asignaturas de la universidad que me quedaban, he terminado el genial curso de Dale Carnegie y también he terminado mi trabajo en La escuela de Inversión y Traders International, en el que he estado justo un año y en el que he aprendido mucho más de lo que había podido imaginar en un principio. Tengo pendiente escribir todo lo que he visto allí en un próximo post. Más de uno alucinaría... han sido diez años concentrados en uno.
Hace ya tiempo que decidí que la vida para mí no sería soñar mientras el tiempo pasaba, sino que haría realidad todos esos anhelos que tenía. Este es uno de ellos.
Inspirado por el libro Vagabonding y por el blog The Crazy Travel, me marcho sin ningún plan preestablecido, más que disfrutar de mi vida y aprender a la vez que visito lugares, conozco personas y trabajo en los lugares que encuentre apropiados para mi crecimiento personal.
Lo considero un viaje interior más que exterior. Tengo ganas de visitar todos los países de la zona o inclusive de todas partes del mundo, sin embargo, no tengo especial interés por ver nada en concreto. Mi interés se centra sobretodo en conocer personas y en conocer como soy yo en situaciones límite, qué recursos interiores poseo y de qué manera sé -o no sé- buscarme la vida cuando no tengo a ningún familiar o conocido que me eche un cable.
He tenido que escuchar opiniones de todo tipo acerca de mi viaje cuando lo he comentado con ciertas personas. Lo curioso es que los "es muy arriesgado", "estás loco", "no te llegará el dinero" y demás advertencias limitantes vienen de personas que nunca se han movido de su casa, mientras que los que sí han estado en el sudeste asiático me comentan que es un lugar espectacular y que no se lo pensarían dos veces si pudieran hacer un viaje así ahora.
¿Por qué Malasia? Tenía claro que quería ir a un país lejano, diferente de todas las culturas occidentales que conozco, en el que el nivel de vida fuera más bajo que en España por varias razones... una de ellas es que en estos países las personas suelen tener mucha más conciencia y son más hospitalarias que aquí, otra es la espectacular riqueza natural y también añado el tema del idioma: el inglés. Me apetece mucho estar hablando inglés todo el día para mejorarlo un poco más.
No hay miedos, solo emoción por ver lo que depara el destino. ¡Por supuesto escribiré todo lo interesante que me pase en este blog!
Esta es una época de cambios, tengo la sensación de que están ocurriendo multitud de acontecimientos en muy poco tiempo, parece que todo se está poniendo en su sitio y todo se esté acelerando espectacularmente... y curiosamente a muchas personas de todas las edades les está pasando lo mismo; no es una sensación exclusiva mía.
Me encanta haber nacido en esta época de posibilidades.
Antes de morir... ¡Vive!
(El vídeo es sobre Perú, pero el espíritu viene a ser el mismo)