25 de enero de 2013

145 | 10 días de meditación (II)

Después de la introducción a la vida en el centro de meditación, aquí va tal cual mi diario de estos diez días.

Soy consciente de que comparto pensamientos muy personales. Nadie debe tomarlo como una referencia acerca de lo que le "pasa" a una persona que hace meditación, pues cada uno tiene una experiencia diferente, dependiendo de como sea su vida, su mente y de como se tome esos días.  

Todo sea por compartir algo que a mí me ha tocado el alma y, si luego alguien se anima a realizar algo similar a causa de la lectura de este post, mejor que mejor.

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DÍA 1 - He llegado al centro a las 10.30h, después de haber cogido un taxi de estos tan curiosos. Phra Chaibodin, el monje encargado de los foreign meditators, me ha proporcionado una almohada, mantas y pantalones blancos después de un buen rato rellenando la ficha de entrada y esperando. Mi habitación, la número 9, austera y amplia.

Hoy somos 6 personas nuevas. Nos pasamos el día aprendiendo cómo va la cosa en el centro: dónde se cóme, el horario, cómo es la técnica de meditación... nos pasamos un buen rato practicando y acudimos a la breve ceremonia de apertura con el abad. He tenido que dejar el móvil, los libros y el portátil, hasta que me vaya. ¡No sé ni la hora! Y creo que moriré de hambre y sueño aquí, jajaja. No, en serio, al acabar estoy rebentado y me voy directo a la cama.

DÍA 2 - Me levanto y pienso "Joder, ¿aquí a las 4 de la mañana ya se hace de día o qué? Que país tan raro". Luego oigo la bendición del desayuno y caigo... ¡Son las 6.30! Me he sobado y llego tarde... empezamos bien. Por suerte nadie se ha enterado y he podido dormir 8 horas.

Me paso toda la mañana meditando en el jardín en periodos de 15 minutos, alternando walking y sittng y después de comer, ala! a meditar a saco otra vez. Me duele la espalda un huevo de estar sentado en esta postura tan rara. El tiempo me pasa lentísimo y no paro de pensar en el pasado, el futuro o cosas sin sentido en vez de dejar la mente en blanco. Directamente es que ya ni lo intento, me da mucho palo, prefiero dar rienda suelta a los pensamientos. No sé como haré para soportar esto tantos días... He tenido que esperar lo que me parecía una eternidad para hacer el primer reporting, pero no ha estado mal. Luego he continuado meditando debajo del gran árbol, intentando no pensar para no sufrir.

DÍA 3 - Hoy sí que oigo la campana de las 4.00, he tenido muchísimos sueños y todos rarísimos. Por la mañana un poco de limpieza después del desayuno y meditación hasta la hora de comer. ¡Me aburro! Después, como no, más meditación, hasta que se me ha ocurrido que podría ir a la habitación a hacer un poco de ejercicio. En el reporting, Phra Ajhan Suphan, el abad, me ha comentado como podía mejorar, porque estoy dejando que mis pensamientos lleven el control. Así que luego me he puesto en serio y sorpresa... me he disciplinado para estar presente todo el rato posible, dándome cuenta de cuándo un pensamiento me viene a la mente, que es casi todo el tiempo... He sentido paz, acepto que estoy aquí ahora y que es el mejor sitio donde podría estar aprendiendo de mí mismo. ¡Echo de menos a todos!

DÍA 4 - Después de desayunar he estado barriendo y regando el jardín y me he sentido genial. En la meditación he podido conectar bastante con el presente a costa de un gran esfuerzo, me ha gustado la sensación. Tengo que olvidarme de todo lo de "afuera", mi vida exterior, y centrarme en el ahora, en dónde estoy y qué estoy haciendo justo en este instante.

Tarde: Joder, ¡no puedo más! Estas últimas horas las he pasado fatal, las peores desde que estoy aquí. Tengo mucha hambre y echo de menos a todos y a todo. Y no puedo más ya con esta mierda de estar ahí todo el rato sin hacer nada. Sí que es verdad que estoy aprendiendo, pero a costa de mucho sufrimiento. Ojalá pasen más rápido los días que quedan... Cómo echo de menos mi vida normal, me está siendo casi imposible mantenerme presente.

DÍA 5 - I caught 4 bananas in the breakfast, hahah, and after, someone has given me an apple, so today i can eat more. In the morning i felt like... Wow! Ahora me doy cuenta de que estoy escribiendo en inglés, ¡que hevy! Estoy enfermo ya... jajaja. Por la mañana me he sentido genial, muy presente y feliz de estar aquí. Me siento bien de cuerpo y mente y estoy entrenando ambos. Las meditaciones han ido un poco mejor.. Barrer y hacer ejercicio son dos de los mejores momentos del día, junto con el desayuno y la comida, jajaja.

Me duele la espalda a saco, no tengo ni idea de cómo sentarme bien , porque también se me duermen las piernas. El reporting con el abad casi no me ayuda en nada, pero bueno... esperaremos hasta el último día para hacer un juicio sobre ello. Estas últimas horas han sido geniales, he estado concentradísimo, sobre todo en la meditación sitting, respirando profundamente y sintiéndome genial. Me voy a dormir tranquilo.

DÍA 6 -  Muy, muy contento ya desde primera hora. Los noodles entraban solos y hoy también he cogido varios plátanos de más para pasar el día. He empezado la meditación apoyando la espalda en una columna, luego Phra me ha catado y me ha dicho que "we are learning suffering" y que "nobody die because of meditation". Me parto de risa con este hombre, pero ala, a doler la espalda otra vez. De momento está siendo un buen día, aunque esto nunca se sabe. Me está costando mantenerme presente todo el rato, muchos pensamientos absurdos me vienen a la mente. Qué chungo es esto a veces.

Ya es de noche, he pasado algunas horas buenas por la tarde y otras no tan buenas, con muchas distracciones, dolor, pensamientos... me está costando mantenerme presente, a veces pienso que doy un paso adelante para dar dos atrás. Sin embargo estoy feliz de hacer esto con mi vida, porque yo lo he elegido. Además, poco a poco estoy aprendiendo a estar presente no sólo en la meditación sino en las demás horas del día, que, al fin y al cabo, es lo que importa.

DÍA 7 - Acabo de hacer ejercicio en la habitación, supongo que serán las dos y pico. Hoy está siendo alucinante, después de desayunar me he podido concentrar enseguida en la meditación y los resultados son espectaculares: he notado progresivamente un cambio en las cosas cotidianas que me rodean, en la forma de "ver" y en darme cuenta también de muchos pensamientos inútiles y absurdos que pueblan mi mente siempre, no solo en las horas de meditación. Estoy mucho más presente y por tanto vivo, tengo más y mejor conciencia de dónde estoy, de mi mente y de lo que me rodea.

Tarde: En el reporting no he podido más... lo de hoy ha sido alucinante. Las sensaciones han ido a más durante el día y delante del abad, cuando me ha preguntado que qué tal se me han saltado las lágrimas mientras trataba de explicarle lo sucedido. -Happy? - Very very happy... es lo único que he acertado a decir. -All that has a beginning has an end, continue practicing. El día de hoy se me quedará grabado toda la vida. Muy feliz. 

DÍA 8 - Hoy está siendo un día increíble. Me he levantado directamente teniendo consciencia de todo lo que hacía y estando presente. Esto es alucinante y me está cambiando la perspectiva del día a día. Hoy al ser 'Buddha Day' es un día especial y se han celebrado diversos actos. Por la tarde meditación, algunas horas bien y otras no tanto, pero contento en general. Ahora me doy cuenta de todo lo que me queda por avanzar... tengo atisbos de 'presencia' durante el día y eso me alegra. Sin pensamientos absurdos, simplemente siendo. Por la noche, éramos cientos de personas, monjes y estudiantes, con velas, flores e incienso dando vueltas en silencio a la pagoda y luego realizando una meditación conjunta. La sensación ha sido impresionante.

DÍA 9 - Hoy día especial por ser muy tranquilo, lo más destacado es que es seguro que me quedaré solo 10 días, porque hay overbooking de personas que quieren hacer meditación este mes de enero. Una pena, pero la verdad es que ya he encontrado lo que venía buscando aquí y por ello no puedo estar más contento. Seguro que volveré alguna vez en el futuro, se vive genial en este centro, con una paz que no se encuentra en ninguna otra parte, además de la belleza del lugar. Hoy la meditación en general ha sido muy buena, algunas horas entre las mejores de todas y sintiendo mucha alegría por vivir. Me encanta poder sentir la vida en esta magnitud. 

DÍA 10 - Último día completo en Wat Ram Poeng. Está siendo difícil concentrarse en la meditación y estar presente, pues no paro de pensar en 'mañana' cuando salga. La verdad es que estos días aquí me han cambiado la visión de la vida, entró un Pablo y ahora sale otro renovado y con más recursos para afrontar los siguientes meses de viaje. Joder, como mola vivir. 

En el último reporting y la closing ceremony he aprovechado para dar las gracias al abad de corazón por esta oportunidad que me han dado aquí. Muy grande este lugar y las personas que lo forman, no lo olvidaré nunca. 

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Ahora que han pasado varios días puedo hacer, desde mi punto de vista, una mejor valoración de lo que ha supuesto esta experiencia para mí y de lo que es la meditación. Meditar me despeja la mente de todos los pensamientos innecesarios acerca del pasado, del futuro, de deseos, miedos o simplemente de cosas absurdas que de repente vienen a la cabeza para, de esta manera, poder sentir el momento presente con toda claridad.

El momento presente es lo único que tengo. Lo demás no existe, es simplemente una creación de mi mente pensante, que me hace sufrir, estar contento, perder el tiempo o cualquier otra cosa con tal de no sentir la intensidad de lo que se está experimentando en ese preciso instante. La belleza del mundo que nos rodea, la increíble suerte de estar vivo.

Recomiendo vivamente a todos los que estén interesados en mejorar su calidad de vida probar algo así, al menos una vez. Luego, por supuesto, uno tiene que continuar practicando regularmente y aplicando esas enseñanzas para no olvidar lo aprendido.


"One may conquer a thousand men in thousand battles. But the person who conquer just one person, wich is oneself, is the greatest conquer"
Buddha

(Offering presents in Buddha Day)

(listening a speech with my mates of meditation)

23 de enero de 2013

144 | 10 días de meditación (I)

Meses. 

Me han parecido meses y han sido solo diez días. No los veintiséis que quería hacer en un principio, ya que muchas personas querían hacer el curso y no podía quedarme más. Han sido suficientes para empezar, pues he encontrado lo que venía buscando.

Días duros y días muy felices. Algunos de los más felices de mi vida.

En este primer post haré una introducción a la vida en el centro de meditación y en el siguiente compartiré los pensamientos y mi día a día.


(sorry, no entiendo porqué ha salido el vídeo girado)

Ahí ya estaba vestido todo de blanco. Como en un manicomio.

Wat Ram Poeng es el nombre del lugar. Está situado a las afueras de Chiang Mai, al norte de Tailandia. Allí conviven con armonía monjes budistas con estudiantes locales y extranjeros que vienen a pasar unos días de meditación.

Me pareció un lugar mágico, en el que se respira paz, con varios edificios, jardines y dos grandes templos, todos ello rodeado de una naturaleza impresionante. Una de las ocupaciones habituales a lo largo del día para la gente que vive allí es barrer varias veces las hojas secas del suelo, de tantas que caen. Fué una de mis ocupaciones también, una de las más divertidas.

La idea para los extranjeros que llegan al lugar, es aprender meditación, en una versión llamada Vipassana. Es una palabra que significa "ver las cosas tal y como son en realidad". Ahora puedo dar fe de ello. Y también me doy cuenta de lo poco que sabía acerca de la meditación y su significado.

"May you be happy, free from suffering, disease, grief, trouble, difficulty, danger, and may you be protected for all misfortune" 

Esas eran las primeras palabras del folleto informativo.

No es un curso propiamente dicho. Uno no tiene que pagar absolutamente nada por la estancia y la comida. Haces una donación cuando te marchas si te ha servido y sino no. Eso demuestra lo implicados y convencidos que están los monjes que dirigen este gran lugar acerca de poder ayudar a otras personas a mejorar sus vidas. Todo el centro se mantiene mediante donaciones.

Algunas de las reglas al comprometerte para estar varios días eran éstas: 

1. No hay contacto con el exterior, por tanto nada de móviles, internet, etc. 
2. Ningún tipo de distracción. Teníamos que dejar todos los aparatos electrónicos, libros y demás en otra habitación aparte, cerrada. Me las ingenié para quedarme con el diario y escribir un poco cada día. 
3. Vestir siempre todo de blanco, incluso para dormir. 
4. No fumar ni beber alcohol.
5. No socializar, hablar lo menos posible con otras personas. Sólo para lo imprescindible. 
6. Seguir el horario del centro, que escribo a continuación.

4.00 AM - Suena la campana general. Hora de despertarse y empezar directamente con la meditación, cada uno por su cuenta. Había dos tipos: walking meditation y sitting meditation. Dedicando el tiempo asignado a cada una y alternándolas siempre. El tiempo se medía con un cronómetro que te proporcionan el primer día. Empiezas con 15 minutos y vas aumentando cada día dependiendo de lo que te digan.

6.30 AM - Suena por segunda vez la campana. Hora del desayuno, que solía ser un bol de noodles o arroz y un plátano, todos en el comedor exterior y en silencio. Hasta que no estaban todas las personas sentadas y se rezaban las pregarias oportunas no se podía empezar, por tanto, había días que te pasabas incluso 15 minutos mirando el plato sin poder tocarlo. Contemplation of food le llaman. Luego con el hambre la comida sabía mejor que nunca, eso sí.

7.30 AM - Hora de barrer el suelo de hojas secas y regar las plantas. Creo que era lo más entretenido que hacía en todo el día, así que le dedicaba su tiempo. Luego ordenar la habitación, ducharse y demás para a las...

8.30 AM - Continuar meditando en la zona que quieras. En mi caso siempre estaba en un jardín especial, con un árbol enorme y varias estatuas de Buddha. Añado foto al final del post.

10.30 AM - Suena la campana por tercera vez. Hora de comer. Igual que en la cena, no se empieza hasta que acaban los rezos. El menú solía ser arroz con vegetales y quizá algo de carne, en la cantidad que quisieras, eso sí. Con el hambre la comida cambia de sabor, la verdad es que estaba todo buenísimo, aunque la mayoría de las veces no sabía lo que era.

4.00 PM - Hora aproximada del "reporting", es decir, presentarse individualmente ante el abad del monasterio y explicar cuántas horas de meditación has hecho durante el día, cómo te has sentido, hacer preguntas... en este momento te corregía si necesitabas cambiar algo y te ponía un objetivo de horas para el día siguiente.

5.00 PM - Se sirve un caldo caliente para quien quiera. Nunca supe lo que era y cambiaba cada día. Una vez creí distinguir leche de coco, no estoy seguro... buenísimo.

10.00 PM - Después de meditar toda la tarde, hora en la que se suponía que tenías que ir a dormir, como muy pronto. Nunca hice caso de esta regla y me solía ir a la cama a las 8.30 PM. 

Como ves, no hay cena. Sorprendentemente, solo tuve hambre un día. Los demás solía coger varios plátanos en el desayuno y los guardaba, o compraba cualquier cosa en la pequeña tienda de comestibles que había.

 (entrance of the meditation center, Wat Ram Poeng)

(my room this 10 days)

(photo courtesy of Shivon Dumas)

 (meditation garden around the big tree)

(the bell that wake me up)

 (Pablo pretending to meditate, hahah)

(not sure about the name of this... pagoda?)

11 de enero de 2013

143 | HatYai - Bangkok - ChiangMai

Sonó el despertador a las 6.20 de la mañana. Su cuerpo respondía de mala gana cuando tenía que levantarse tan pronto, pero este día en especial no se encontraba bien. Nada bien. Justo después de la ducha tuvo que hacer una visita rápida al labavo. Tenía ganas de vomitar.

Solo hoy, solo ahora... Solo en este momento se daba cuenta de verdad de lo que estaba haciendo con su vida. Había pasado dos meses viviendo tranquilamente, sin más preocupaciones que realizar bien un trabajo que le encantaba, conocer gente y disfrutar de la vida en playas paradisíacas de la otra parte del mundo. Era un sueño. Era real.

Esta mañana todo eso había terminado. Tenía que continuar su camino, el camino de su vida. ¿Por qué? ¿Por qué, si podía quedarse tranquilamente, sin preocupaciones, en esta isla durante meses o años? Justo el día anterior habían insistido en ofrecerle un visado de trabajo y un buen sueldo para quedarse… O también podía volver a casa, buscar un trabajo normal y vivir como siempre había vivido. Feliz, rodeado de sus seres queridos y sin todos estos grandes sobresaltos, sin esos miedos que ahora le atormentaban sobre la gran incógnita.

La gran incógnita, también llamada futuro.

Ese pensamiento le provocaba náuseas, miedo. Pero… ¿por qué solo ahora? ¿Por qué solo en este momento puede ver las cosas diferentes? Se pregunta cuál de esas visiones sobre su vida es la correcta, ¿La que le pide seguridad, la que le pide locuras?

Sin embargo, sabe en su interior que tiene que continuar, siempre adelante. Es su misión. Una misión sin un objetivo claro, en busca de intangibles. En busca de vida, de personas, de conocimiento, de belleza, de experiencias… en busca de sí mismo.

Esta sensación tan horrible en el estómago le duró posteriormente todo el trayecto en ferry, desde la isla malaya hasta la costa tailandesa. Sólo en el momento en el que, habiendo pasado el control de aduanas, estaba subido a un taxi en dirección a la ciudad de Hat-Yai, solo entonces, volvió a su estado normal. Su estado normal de felicidad. Su alma era libre otra vez.

Volvía a volar.

Después de eso pasó dos días durmiendo en trenes. Desde pequeño que no hacía algo así, ¡fue divertido! Mejor hubiera sido si en la litera de arriba no se notara tanto el aire acondicionado. Que manía tienen en el sudeste asiático con ponerlo tan fuerte. La manta que le proporcionaron evitó que los revisores le tuvieran que descongelar por la mañana. El primer tren hasta Bangkok, el segundo  hasta Chiang Mai, una bonita ciudad del norte. A la capital tiene pensado volver más adelante, dentro de un mes, con grandes planes.

Ahora en la pequeña ciudad, ya instalado, disfruta de este nuevo país que pisan sus pies. De estas calles locas, de la gente que conoce, de la arquitectura tan curiosa, de los paisajes que le dejan sin aliento, del tráfico cuando va en moto, de la comida en los miles de pequeños puestos callejeros que sacan humo. Incluso disfruta de la tipografía -para él indescifrable- que cubre cada cartel en idioma tailandés.

Disfruta porque dentro de dos días entrará en un centro de meditación cercano. Se podría decir, para que nos entendamos, que es una especie de templo budista. Y no saldrá hasta dentro de un mes. 26 días para ser exactos.

Cuando pasó por Georgetown, un gran amigo, Rick, le habló por vez primera de este programa. Se ve que uno podía presentarse allí y vivir con los monjes. La idea era estar varios días meditando. Luego leyó el folleto y vió que la cosa iba en serio: no estaba permitido tener teléfono ni ordenador, es decir, ¡ningún tipo de contacto con el exterior! Oh, espera que sigue leyendo y también dice que no se puede leer, ni escuchar música, ni hablar con otras personas que no sean los monjes… la cosa no va en broma. Es una locura de las gordas.

Y ya que estamos, que sea más difícil todavía. El programa de veintiséis días en vez del de diez, que es el recomendado para empezar. Para poner la guinda, justo ayer mismo el recepcionista de la guesthouse le comentó que muchas personas iban y volvían al cabo de un día. No lo soportaban.

¿Por qué alguien querría hacer algo así? Un mes entero sin saber nada de nadie y sin distracciones de ningún tipo. Solo él y su mente. Nadie más, nada más.

Él quiere hacerlo. Confía en sus posibilidades.

No por la religión budista, ni mucho menos. Sino porque sabe que en la vida, lo más importante que puede hacer una persona es conocerse a sí mismo. Y para conocerse a sí mismo, nada mejor que pasar tiempo a solas con él, en silencio, con sus pensamientos. Así es como se aumenta la conciencia.

Lo ha experimentado en mayor o menor medida este último año y fue entonces cuando algo cambió en su ser. Empezó a comprenderlo todo, a darse cuenta en el sentido literal de la palabra. Empezó a descubrir cosas de las que nadie le había hablado nunca y que eran espectaculares. Empezó a quitarse miedos y dudas. Empezó a saber cómo vivir. Volvió a nacer.

Y es por eso que ahora quiere dar otro paso, ir aún más allá. Otro cambio de conciencia. Descubrimiento de sí mismo y de la vida y el mundo que le rodea. 

Nos vemos dentro de 26 días.

(2 days crossing Thailand, south to north)

(coach 8, train from HatYai to Bangkok, day 1)

(there's almost one hundred temples in Chiang Mai)

(market near ChiangMai Inn Guesthouse, all days eating here)

(taking a rest after visiting by motorbike the surroundings)

(The streets of Thailand are plenty of images of the king)

(famous Tuk-Tuks all around the streets)

(monks praying in a golden temple near the city)  

(i've seen so many buddhist statues, but only this one in white) 

(fun!)

4 de enero de 2013

142 | Bye Malaysia!

En tres días estaré viajando en ferry hacia Tailandia. Después de casi tres meses en Malasia, dos de los cuales viviendo en Langkawi, llega la hora de pasar al país vecino. 

Podría irme un par de días a Satun, en la costa, volver aquí y ya tendría tres meses más de visado, cosa que hacen muchas personas. La vida en esta isla es muy tranquila, sin preocupaciones de ningún tipo y me da pena irme y dejar todo esto atrás. Sin embargo hay que continuar, porque esta sensación la sentiré siempre en todos los lugares a los que vaya y en los que me sienta a gusto. Forma parte de este tipo de vida. 

Quizás mi visión está sesgada por haber pasado la mayor parte del tiempo en un lugar más "turístico", no lo sé. Mi experiencia es ésta:

-Personas. Gente tranquila, muy amable, la mayoría de ellos siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudarte en lo que sea sin pedir nada a cambio. Muchos de los que me he encontrado hablan buen inglés, al haberlo estudiado o haber vivido una temporada en otro país. Al haber esta mezcla de culturas, puedes encontrar tanto malayos como chinos o indios a partes casi iguales y, a raíz de ello, suelen tener una mente más abierta. 

-Religión. La mayoritaria es el islam, puedes encontrar mezquitas en todas las ciudades y pueblos. A mí personalmente me encanta oír el sonido de los cánticos que surge de su interior a ciertas horas del día. Las mujeres suelen llevar el hiyab característico. También hay muchos templos budistas e hinduistas de todo tipo, así como algunas iglesias. 

-Naturaleza y tiempo. Malasia tiene parajes espectaculares debido al clima tropical. La temperatura oscila entre 23º y 33º todos los días del año, parece un verano continuo. Cuando llegué solía llover cada día; de repente en 5 minutos el cielo se nublaba y caía una tormenta de cuidado. Ahora en diciembre y enero es distinto, pueden pasar varios días sin caer una sola gota. También he visto animales que no sabía ni que existían, como cangrejos violinistas -con una pinza enorme y otra pequeña- o peces que se arrastran rápidamente sobre el barro con sus aletas. 

-Economía. No hay comparación con Europa, pues los salarios y los precios son mucho más bajos. Sin embargo, para alguien que vive aquí el ganar suficiente dinero para poder dormir y comer es muy fácil, es un país en desarrollo, lo cual significa crecimiento y oportunidades. Quien no trabaja es porque no quiere. Personalmente, encontré mi trabajo tras un solo día de búsqueda y me da de sobras para pagar el techo y la comida.  

-Curiosidades. Estuve una semana entera comiendo con las manos, cuando viví con la familia musulmana  y también varias caminando descalzo aquí en la isla, por recomendación de un amigo. Son experiencias nuevas que me ha gustado vivirlas. La primera de ellas no tengo ningunas ganas de repetirla sin embargo. Otra costumbre que me ha gustado es la de comer en puestos callejeros en vez de cocinar en casa, te ahorra una barbaridad de tiempo y dolores de cabeza, además de ser baratísimo.

Llegué a Kuala Lumpur el 16 de Octubre sin la más mínima idea de lo que me encontraría. Ahora puedo mirar atrás y decir que me conocido un país espectacular.

Un país en el cual he pasado dos meses viviendo en una isla paradisíaca, cosa que no me habría imaginado nunca. En el que he aprendido a viajar solo. En el que he tenido el trabajo más divertido de mi vida, conduciendo motos y coches todo el día. En el que he realizado también un trabajo interior enorme, aprendido a meditar y conectarme con la naturaleza. También aquí he tenido aquí la oportunidad de convivir con otras culturas y religiones distintas a las que estaba acostumbrado y, sobre todo, es un país en el que he conocido personas increíbles que se quedarán siempre en mis recuerdos y en mi corazón, en especial una de ellas.

¿Difícil de superar? No lo creo, pues los planes para estos dos meses próximos no podían ser mejores... la semana que viene explicaré la primera idea que tengo.

(one morning in a dessert beach in the northern part of the island)

 (two little girls playing in a waterfall)

 (Basic RM 650 = Basic salary 170 EUR)

(always nice sunsets)

(with Serim, the crazy Algerian guy, second worker at Goisland)

(Oriental village near the cable car)

(ready for partying on 24th after Christmas Dinner)

(curious guy i found walking)

(Cenang Beach, this one is always crowded)

(with Boris at 00.00h on New Year's Eve)
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