19 de marzo de 2013

155 | El mismo Segundo

El viaje en avión desde Bangkok hasta Bombay -India- no había sido uno de los mejores de su vida. Miró el reloj. La 1.18h de la noche. Enseguida se acordó de que debía añadir dos horas más.

Un amable señor con bigote le acababa de comunicar que no podía recoger su maleta, pues estaría en tránsito hasta el día siguiente por la noche, a su llegada a Omán. Lo que no le había dicho es que él mismo, su persona, también estaba en tránsito... y por ello no podía abandonar el aeropuerto hasta coger el siguiente vuelo. Igualmente se enteraría dentro de unos minutos, cuando toda esta gente que hacía cola terminase de pasar el control policial. Iban tan despacio… que poca organización.

Lo primero que pensó al enterarse de ello es dónde demonios iba a dormir. Nunca había dormido en un aeropuerto. Después de veinte minutos dando vueltas y reconociendo el terreno -tiendas y más tiendas- encontró el lugar perfecto. Unos asientos azules, más grandes e inclinados de lo normal en una de las zonas menos transitadas. Incluso parecía que habían colocado la iluminación expresamente para tal menester. No así la música ambiental, que aún y estar bien entrada la noche, seguía sonando por los pequeños altavoces en el techo.

21 horas de espera por delante, en la terminal “International Departures” del aeropuerto de Bombay.

Sin equipaje, aunque por lo menos con un buen jersey que había cogido a última hora. El único que tenía. Sin nadie que le cambiase Bath tailandeses por Rupias, aunque por lo menos con tres vales canjeables por comida que le acababan de proporcionar. Sin internet, aunque por lo menos con un par de libros: ‘Junky’, de William S. Burroughs y ‘The Castle’ de Franz Kafka. Sin un lugar para ducharse, aunque por lo menos unos baños en los que lavarse la cara y asearse. Sin saldo para llamar internacionalmente en ninguna de las cuatro tarjetas SIM que poseía, aunque por lo menos con el suficiente en la de Vodafone para enviar un par de mensajes.

Y lo único remarcable que ocurrió durante este tiempo… todas estas horas de espera… es que no pasó nada.

Desde su asiento reclinado, el cual se había convertido ya en su hogar temporal, su campamento base, tenía una vista perfecta de los ‘puntos calientes’ de la terminal. Podía apreciar el continuo movimiento de cientos y cientos de personas. A todas horas, sin descanso. El momento perfecto para colocar una cámara fija grabando y luego pasar el vídeo a cámara rápida. Sentados, conversando, durmiendo, comprando, caminando, corriendo, comiendo, riendo, leyendo. Todos diferentes… y a su vez todos iguales.

Las 21 horas se concentraron en un solo segundo. Siempre es un segundo. El mismo segundo.

Cruzó la puerta de salida del aeropuerto de Muscat, capital de Omán, a medianoche del día siguiente, con la mochila en la espalda y bastante cansado, aunque siempre feliz. No le habían pedido nada más que 20 Rials para darle el visado de un mes. Ni billete de salida del país ni mierdas… los de Bangkok le habían tomado el pelo en toda regla.

“Aquí estamos… si he llegado hasta aquí es por algo. La vida quiere que esté aquí en este instante.” pensó.

Ella le vino a buscar en coche, todo un detalle por su parte, y le acompañó hasta el piso en el que dormiría provisionalmente esta noche, a las afueras de la ciudad. Era simplemente genial, su habitación daba a una terraza desde la que se entreveían las siluetas de las montañas circundantes, como gigantes dormidos en la noche, rodeadas de miles de pequeños puntos de luz blancos y brillantes, también llamados estrellas. Un recibimiento espectacular por parte de la naturaleza, que trataba de darle la bienvenida y decirle que no se preocupase, que todo iba a salir rodado.

Adaptarse al nuevo entorno, conocer personas, buscar una nueva fuente de ingresos para volver a tener unos ahorros, dejar de moverse de un lado para otro durante unos meses y disfrutar de estar viviendo y aprendiendo tantas cosas nuevas.

Esa son las ideas que tiene ahora mismo en su cabeza…  y veremos si el curso de la vida coincide con ellas.

(this is what i wanted...)

(first morning i wake up and i can see this views)

(my room now in Al Qurum)

(nice beach!)

(...and beautiful landscapes)

(sometimes reminds me Morocco)

10 comentarios:

  1. Pablo! ya has llegado...
    Ahora sí voy sin tiempo... te he leído rápido (divertida la estancia en el aeropuerto :)) y he mirado rápido las fotos... Desierto... Pero también paz.
    Deseo que disfrutes tu estancia en Omán y sigo al tanto, sólo que con el tiempo ajustado.
    Un abrazo!
    YBM

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    1. Muchas gracias por tu comentario Yolanda!
      Aunque no tengas mucho tiempo se agradece.
      De momento estoy disfrutando mucho en este país, aunque sea totalmente diferente a lo que he visto en Malasia y Tailandia también estoy aprendiendo muchísimo.
      Ya iré contando a ver qué pasa por aquí.
      Un abrazo!

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  2. Pablo desde luego que lo que no te pase a ti no le pasa a nadie!!
    Sin duda un viaje de experiencias. Tenías razón se parece mucho a Marruecos, es muy desértico todo. Cualquier novedad nos informas.
    Cuídate crack
    Un abrazo.

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    1. Gracias Marcos!
      En realidad no pasa nada del otro mundo, cosas normales, jajaja. Felicidades otra vez por la maratón crack!
      Un gran abrazo

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  3. Rafa Martí20/3/13, 2:02

    ¡Pablo! ¿Cómo estás? Me parece increíble todo lo que estás haciendo y viviendo. Además, súper interesante cómo lo cuentas. Muchísima suerte y ánimo con todo lo que viene por delante. Yo estoy viajando un montón también, como periodista freelance. Otro rollo pero increíble también. ¡Un abrazo fuerte!

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    1. ¡Hola Rafa!
      Ya me voy enterando de todo lo que haces por Facebook, me parece impresionante. África, Sudamérica, periódicos, entrevistas... ¡qué pasada!
      Me alegro que te guste cómo escribo, viniendo de un periodista es todo un elogio. Muchas gracias por los ánimos, estos días estoy buscando un trabajo con mucha ilusión y veremos qué pasa.
      ¡Un gran abrazo!

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  4. PAABII! :) es increible... de verdad! estoy tan orgullosa de tener un hermano como tú! la verdad es que fardo de ti un montón... y es que el orgullo que siento es...

    te quiero pablii! :)

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    1. Jajaja muchas gracias Ale!!
      Yo también estoy orgulloso de tenerte como hermana :-)
      Un besote enorme, me gustaría haber estado en tu cumple!

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  5. Pablo = crack.

    Nada mas que añadir, señoría. ;)

    Josh

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    1. Jajaja nada de eso, artista!

      Un abrazo!!

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